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Escuchá la primera parte
En la emisión del 18 de octubre de 1996 dos referentes del FREPASO de la Provincia de Buenos Aires, Graciela Podestá y Alejandro Mosquera, en un extensa entrevista en ORAL Y PÚBLICO, en esta segunda parte de la misma, se refieren; entre otros temas, a la independencia de los jueces y a la servilleta de Corach que según Domingo Cavallo incluía jueces de Comodoro Py que le respondían
Qué pasó con los jueces de la servilleta. La corrupción. El involucramiento social en las cuestiones de la justicia. La militancia. Cerramos con un fragmento de un discurso de Perón, recordante que el 18 de octubre solía designarse “San Perón”
Por Irina Hauser
Todavía es un misterio qué hizo Domingo Cavallo con la servilleta en la que, según denunció en 1996, el ex ministro del Interior, Carlos Corach, le escribió los nombres de los jueces federales que respondían a los deseos del gobierno de Carlos Menem. Aunque nadie vio jamás la lista de la que hablaba el ex ministro de Economía –y que, aclaraba, no incluía a todos los integrantes del fuero–, el tiempo y las anécdotas de tribunales colaborarían con su reconstrucción (imaginaria). La reciente suspensión por mal desempeño del juez Carlos Liporaci y los movimientos que se avecinan en tribunales amagan con dejar vacíos para fin de año más de la mitad de los juzgados que se ocupan de investigar a los funcionarios públicos. Y esto sin contar que, si la Magistratura sostiene su entusiasmo, tiene para analizar pedidos de remoción contra cinco de los nueve jueces federales en ejercicio. O sea, entre magistrados caídos en desgracia o los que se van por propia decisión, se podrá concluir que habrán durado en su cargo casi lo mismo, algo menos, algo más, que el menemismo que los crió.
“Habría que encontrar la servilleta para ir tachando a los que van recibiendo su merecido”, ironizaba uno de los integrantes del Consejo de la Magistratura durante el plenario que resolvió mandar a Liporaci a su casa, la mansión valuada en más de un millón de dólares que llevó a que lo investigaran por supuesto enriquecimiento ilícito. Liporaci se tuvo que ir por la fuerza. Lo mismo le pasó a Norberto Oyarbide y, peor, le sucedió a Carlos Branca, el primer magistrado del menemismo destituido a quien aún nadie reemplazó (ver aparte).
Tres jueces de los cinco que tienen pedidos de juicio político se irían en los próximos meses. Los colaboradores del juez Adolfo Bagnasco –que tiene tres pedidos de remoción en su contra– aseguran, aunque él lo niegue, que dejará su despacho el 5 de marzo para dedicarse a la política. Fue invitado por el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf para ser candidato del PJ. Gustavo Literas, con un pedido de juicio político, también se iría a la actividad privada. Desde hace varios meses tiene una oficina reservada en el estudio de abogados de su amigo ex juez de la Corte Suprema Mariano Cavagna Martínez. Claudio Bonadío, con cuatro denuncias ante la Magistratura, se iría también a la actividad privada. Si esto se cumple y, además, el juez Gabriel Cavallo asciende a camarista, cargo para el que está concursando, quedarían siete juzgados vacantes.
Cuando asumió el gobierno de la Alianza, con promesas de respetar la independencia judicial, Menem lanzó a los jueces la sugerencia de que se quedaran donde estaban hasta ver qué pasaba. No sólo le hicieron caso, sino que además aprovecharon para dar una suerte de festival de resoluciones contrarias al menemismo, para sobrevivir cómodamente a él. A los actuales gobernantes les inquieta el reciclaje que se perfila en Comodoro Py, ya que les convenía más lidiar con los viejos conocidos, que con jueces designados por el nuevo método de concurso inaugurado con la creación del Consejo de la Magistrattura a fines de 1998, de quienes presumen más difícil obtener garantías de fidelidad. Fuente Página/12 nota Qué pasó con los jueces de la servilleta